El fervor de querernos

En las relaciones internacionales practicamos nuestra solidaridad con hechos, no con bellas palabras.

F. Castro.

"Patria es humanidad". Compartimos lo poco que tenemos, no lo que nos sobra

Cónsul Cuba-Guatemala.

La solidaridad es la mayor prueba de afecto de que no hemos muerto todavía como humano.

Si usted empuja con su brazo hacia abajo, y el mío con el suyo, y el otro sigue igual nos volveremos engranaje y saldremos, como remando todos juntos, a mirar el sol de lo que amamos como pueblo, y ser de nuevo ilesa humanidad.

Tal vez pudimos haber hecho mucho más por el bien de todos y de nosotros mismos, el planeta y su naturaleza, pero sólo teníamos el día y la noche.

Debe ser bello morir si se ha hecho lo que nos corresponde de gratitud por el hecho de haber tenido la suerte, y el coraje luego, de vivir como un deber con la totalidad de la vida misma.

Por eso en nombre:

De los sentimientos más puros que aún no permiten que muera la ecuación que dio origen a este increíble mundo

De la sabiduría codificada, intacta bajo tierra, en las cenizas, en las piedras, los círculos y en el silencio que a nadie delató

De las últimas densas palabras de honor con que nos impulsaron los caídos y las primeras convicciones que se levantan por esas voces, convenciendo con mayor profundidad a los que continúan en la lucha justa por sociedades más amorosas y conscientes, de hermanar los pueblos

De nunca más decisiones para vender o comprar guerras mundiales, ni químicas ni biológicas, ni nucleares contra nada ni nadie, ni contra lo vivo no muerto

De sembrar sociedades sin cementerios de hambre, sin ejércitos para hacer la más hermosa de las batallas, sin odios étnicos ni de género ni de clase, sin explotacióĺn del ser por el ser, capaz de no ejecutar jamás el poder, para idiotizar poblaciones enteras y vivir a mansalva de la enfermedad de los otros, ni Hiroshima, ni mi pueblo, mi padre, mi madre, ni mi hermano, ni mi hijo, ni mi vecino niño muerto de pobreza.

Fuera de toda mezquindad política, egoísmo visceral, torpeza económica y miseria humana

Acuerdo:

Con la sabia fuerza armónica y colectiva que me heredan los antepasados

Con la pasión hermosa y el sencillo orgullo de estar vivos por la vida misma sobre la cara bella de este planeta, y por la lágrima dulce que no esconden ni se limpian los agradecidos de revivir gracias a una mano solidaria, que no por desconocida es extraña, a la condición suprema de acompañarnos

Decido:

Teniendo los brazos en alto de todos los niñ@s que aún respiran sobre esta circunferencia amada, que a nadie desprende; y el corazón sereno de los seres que aún conservan y aportan el conocimiento y la fortaleza por defender con el mayor respeto estético la verdad y el derecho a no morir en vano, desestimando el bien de lo mejor de la existencia

Entregar:

De manos de los pueblos humildes que habitan la generalidad de esta geografía universal

El Premio Único Mundial de todos los premios, grados, condecoraciones, distintivos, nombramientos, diplomas, reconocimientos, habidos y por haber, de la Paz, al ser nuevo que un día imaginó el Che y seguramente no sabía que ya existía y lo tenía a un lado, Fidel Castro Ruz, por su legado en la defensa del planeta y una querida, amable y justa población mundial. Y a la República Socialista de Cuba, el premio de todos los tiempos y de toda la historia, como el pueblo total más solidario y querido del planeta.

Desde América Latina, la mayor reserva de afecto en el planeta, y con la venia de toda la certidumbre que me ampara en el derecho a soñar una distinta humanidad.

Océano Pacífico marzo 2020.