Desde hace ya algunas semanas se discute en distintos medios (ya sean periódicos, revistas o redes sociales) que la Diputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) que preside la Comisión de Cultura, Edith Ruiz Mendicuti, no es la persona más indicada para hacerlo, los argumentos son los siguientes:

1) Edith Ruiz Mendicuti afirmó en una entrevista para El Universal que ella no deseaba la Comisión de Cultura e insinuó que su asignación había sido por razones que no tenían nada que ver con su capacidad o deseo de presidir dicha comisión(1). Lo que revela que los diputados no eligen a los presidentes de las comisiones por su conocimiento y capacidad sino que se las “reparten” por “peso político”. En tal estado de cosas a la diputada Ruiz Mendicuti le tocó presidir la Comisión de Cultura, que aceptó a pesar de su incapacidad.  

2) La incapacidad de la presidenta quedó plasmada en sus propuestas de ley y exhortos(2) así como en sus desafortunadas declaraciones al respecto de importantes figuras de la cultura, dejando en ridículo a la Comisión y haciendo patente su rampante ignorancia en lo que se refiere a la cultura y al arte. El exhorto que más escándalo generó es aquél en el que pide al Gobierno Federal a clasificar la música con el fin de que ciertos géneros no queden al alcance de los adolescentes. Creemos que una comisión de cultura, más que censurar, debe vigilar la libre expresión y procurar el amplio criterio en los ciudadanos. Las propuestas de la Sra. Mendicuti, además de ser peligrosamente reduccionistas, sólo favorecen el fundamentalismo y la represión de expresiones sociales que son tan válidas como otras. 

3) Edith Ruiz Mendicuti no acude a las sesiones de la ALDF, faltó a 14 de 15, y pese a ello preside la comisión antes mencionada(3). 

4) Existen indicios de que la Sra. Mendicuti ha contratado a un familiar “en el módulo que tiene en la delegación Iztapalapa: con un sueldo de $18,119 pesos mensuales. Su trabajo es coordinar las actividades que se realizan en el módulo, las cuales van desde clases o talleres recreativos hasta asesorías jurídicas”(4). 

5) Hay indicios de que la diputada usa sus influencias para evitar que se aplique la justicia en sus conocidos o empleados, tal como se registra en una nota periodística(5). Consideramos de suma importancia que la diputada aclare si esto es cierto o no. De serlo, estaríamos ante comportamientos ya no de una servidora pública, sino de un mafioso.

6) Se ha cuestionado mucho su grado de estudios. Todos estamos de acuerdo en que la falta de educación formal no condena a las personas a la ignorancia, por supuesto que existen los autodidactas. Sin embargo en su caso, por todo lo dicho, nos quedan dudas de que tenga la formación adecuada para presidir la Comisión de Cultura. La única salida para que una persona sin conocimiento de un asunto pueda lidiar con el mismo es que se rodee de buenos asesores, por ello le pedimos las credenciales de los suyos ¿saben de cultura? 

Basándonos en los seis puntos anteriores, los abajo firmantes exigimos con indignación que la Diputada Edith Ruiz Mendicuti dé una respuesta pública y seria a las imputaciones que se le hacen y a las exigencias que planteamos. De no poder justificar sus actos de manera contundente, nos parece indispensable que renuncie a la presidencia de la Comisión de Cultura de la ALDF. Exigimos que la cultura sea tomada con la seriedad e importancia que requiere. Los ciudadanos estamos cansados e indignados de que nuestros impuestos sean despilfarrados en sueldos de incompetentes y corruptos. Exigimos seriedad y profesionalismo, que es lo mínimo que un servidor público debe tener.

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1 http://www.eluniversal.com.mx/cultura/65569.html

2 http://www.animalpolitico.com/blogueros-el-congal-postapocaliptico 

3 http://busquedas.gruporeforma.com/reforma/Documentos/DocumentoImpresa.aspx? ValoresForma=1275294-1066,mendicuti 

4 http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=666634 

5 http://www.elgrafico.mx/columnas/90253.html

Referencia 1 

Referencia 2

Referencia 3

Referencia 4

Referencia 5