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ABOUT SUSANA RODRIGUEZ

Susana was born September 18, 1965, in Santiago Rodriguez, Dominican Republic. She married Keith Hamilton—a resident of Ontario—in Puerto Plata in 1998. He owned a small hotel in Costambar, Puerto Plata. They had twin daughters, whom she has not seen after they travelled to visit their father in Canada over a decade ago. Susana’s husband used to be an employee of Canadian (PC) Senator Marjory LeBreton, Leader of the Conservative government in Parliament. Following the birth of Susana’s daughters, the senator husband travelled to the Dominican Republic to visit Mr. Hamilton. It was the first time that Susana met him.   

The day the Senator’s husband arrived in Puerto Plata, he went out and brought a young companion to the hotel. The following morning, he refused to pay the woman and an argument started between the two of them. To defuse the situation, when Susana heard the heated argument between her husband’s guest and the prostitute, she offered the woman money and she left. However, the woman returned in the evening and knocked on his hotel door. She stayed in his room all night. 

The next morning the senator's husband complained that he was filling ill. It is believed the woman could have put something in his drink and that’s what made him sick. Senator Marjory LeBreton believes that somebody poisoned her husband in the Dominican Republic and she blames Susana Rodriguez, who didn’t even know the woman the woman that her husband took to the hotel from a bar.

Some time after this incident (2003), Susana’s husband moved back to Canada. Their daughters travelled to Canada to visit him and that’s the last time she saw them. Much to Susana's surprise, he went to court seeking to have custody of their twins. They sent Susana court documents (in the Dominican Republic) giving her a couple of weeks to come to court. She ran to the Canadian embassy and applied for a visa; however, Immigration Canada denied her visa, alleging that she was inadmissible to Canada because she had a criminal record in Canada.

During the several times that she tried to enter Canada to see her daughters, Susana contacted former Immigration Minister Jason Kenney, and expressed concerns about her daughters because of the advanced age of her husband, but to no avail. Susana even contacted the Dominican embassy in Ottawa, but they blame her for losing her daughters. They even encouraged her not to try to look for her daughters because she is poor and their father can offer more to them in Canada. 

Susana didn’t know the female companion whom the senator’s husband brought to the hotel when he went out and had nothing to do with the incident. Therefore, she cannot be blamed.

We would like to appeal to Canada’s new Immigration Minister Chris Alexander, to allow Susana to enter Canada so she can see her daughters, again. The loss of her daughters has taken a toll on her health, as she became depressed. It is unfair to separate this mother from her daughters – no parent deserves to be separated from their children.

 

 ACERCA DE SUSANA RODRÍGUEZ

 

Susana nació el 18 de septiembre de 1965, en Santiago Rodríguez, República Dominicana. Se casó con Keith Hamilton, un residente de Ontario, en Puerto Plata en 1998. Él era dueño de un pequeño hotel en Costambar, Puerto Plata. Tuvieron dos hijas gemelas, a quienes Susana no ha visto después que viajaron a Canadá a visitar a su padre hace más de una década.

El esposo de Susana solía ser empleado de la senadora canadiense del Partido Conservador, Marjory LeBreton, líder del gobierno conservador en el Parlamento. A eso de 1999, el esposo de la senadora (mencionada arriba) viajó a la República Dominicana para visitar a su amigo; o sea, el esposo de Susana quien como ya explicados era empleado de la senadora.

El día que llegó a Puerto Plata de vacaciones, el esposo de la senadora salió a un bar y cuando regresó al hotel estaba acompañado por una joven, dama de compañía. Al parecer, tras amanecer con ella, a la mañana siguiente, él se negó a pagarle y empezaron a discutir en la habitación. Para calmar la situación, cuando Susana escuchó la discusión entre el huésped de su marido y la prostituta, ella corrió y le ofreció dinero a la mujer para que se fuera. Sin embargo, la mujer volvió en la noche y se dirigió a la habitación del huésped.

A la mañana siguiente (después de que la mujer volvió) el turista se enfermó. Se cree que la mujer podría haberle echado algo en la bebida para dormir y eso fue lo que lo enfermó. La senadora Marjory LeBreton cree que alguien envenenó a su marido en la República Dominicana y culpa a Susana Rodríguez, quien no conocía a la mujer.

Después de este incidente (2003), las gemelas de Susana viajaron a Canadá para visitar a su padre y esa es la última vez que las vio. Para su sorpresa, él fue a la corte y la demandó por la custodia de sus hijas. Susana cree que la senadora presionó a su marido para que hiciera eso. "Si vienes a Canadá, tú me vas a causar problemas”, le dijo su esposo a Susana, cuando ella le preguntó por qué hacía eso.

Ella recibió documentos de la corte (en República Dominicana) dándole un par de semanas para que se presentara a la corte. Ella corrió a la embajada canadiense en Santo Domingo y solicitó una visa para viajar a Canadá a pelear por su derecho como madre; sin embargo, le negaron la visa, alegando que era inadmisible para entrar a Canadá porque tenía antecedentes penales en Canadá.

Susana contactó al ex ministro de Inmigración, Jason Kenney, varias veces, y expresó su preocupación por la seguridad de sus hijas, debido a la avanzada edad de su esposo, pero fue en vano. Susana también contactó el gobierno dominicano para informarle que sus hijas habían sido ilegalmente adoptadas en Canadá. Pero en la embajada en Ottawa la culpa a ella por dejar que sus hijas vinieran a Canadá a visitar el padre. Además, Glenis Guzmán (de la embajada) dijo que Susana era pobre. “Susana es pobre y no tiene nada que ofrecerles a sus hijas; yo las visité en la casa del padre y ellas están bien”, dijo Guzmán. “Su padre tiene mucho más que ofrecerles en Canadá que Susana en la dominicana.”

Susana no conocía a la dama de compañía que el esposo de la senadora trajo al hotel la noche que salió a disfrutar de sus vacaciones y nada tuvo que ver con el incidente. Por lo tanto, no se puede culpar.

Hacemos un llamado al nuevo ministro de Inmigración Chris Alexander de Canadá, para que le conceda el permiso de lugar a Susana y le permitan entrar a Canadá a ver a sus hijas. La pérdida de sus hijas le ha afectado mucho a su salud, ya que se ha deprimido. Ningún padre (ambos géneros) se merece ser separado injustamente de sus hijos por las acciones de otros. 

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