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CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA MIGUEL DÍAZ-CANEL

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IMPORTANTE: SI NO FIRMA CON SU NOMBRE Y APELLIDO, SU FIRMA SERÁ CANCELADA POR NO SER VÁLIDA. GRACIAS

Los que firmamos esta petición

Le exigimos el cese del hostigamiento, de los linchamientos mediáticos, y de las maniobras intimidatorias contra los cubanos que reclaman el reconocimiento y el respeto a las libertades civiles de todos.

Le exigimos el cese de las campañas difamatorias que insisten en presentar a aquellos que disienten de la ideología oficial, y quieren expresarse sin cortapisas, como “enemigos del pueblo,” “mercenarios del imperio,” y “cómplices” de los Estados Unidos que, supuestamente “apoyan el bloqueo.”

Le exigimos el cese de la deshumanización racista de esas personas, llevada a cabo con absoluta impunidad en los medios, controlados todos absolutamente por el Estado.

Le decimos, con claridad y contundencia que no apoyamos el bloqueo de los Estados Unidos, ni somos mercenarios. Y le decimos también, con la misma claridad y contundencia que no puede mantener los derechos humanos y civiles de los cubanos como rehenes de la política con Estados Unidos.

No hay absolutamente nada que ningún gobierno democrático pueda invocar para justificar la represión y el terror con que encarcela y persigue a sus críticos.

Exigimos la libertad inmediata, y sin condiciones, de todos los presos políticos.

NO QUEREMOS PATRIA O MUERTE. ¡QUEREMOS PATRIA Y VIDA!

Cuando Fidel Castro derrocó la dictadura de Fulgencio Batista en 1959 les rogó a los cubanos que tuvieran fe. Y los cubanos tuvieron fe. Muchos la mantuvimos incluso cuando ya nada justificaba esa fe.

De acuerdo con las promesas que hizo Fidel Castro en 1959, la revolución cubana se ha convertido en contrarrevolución y en dictadura.

En su primer discurso tras la fuga de Batista, el 1 de enero de 1959 en el Parque Céspedes, de Santiago de Cuba, Castro prometió “el restablecimiento de las garantías y la absoluta libertad de prensa y todos los derechos individuales en el país.” Llegó incluso a prometer que

“Habrá libertad absoluta porque para eso se ha hecho la Revolución; libertad incluso para nuestros enemigos; libertad para que nos critiquen y nos ataquen a nosotros; que siempre será un placer saber que nos combaten con la libertad que hemos ayudado a conquistar para todos (Aplausos). Nunca nos ofenderemos, siempre nos defenderemos y seguiremos solo una norma: la norma del respeto al derecho y a los pensamientos de los demás.”

Fidel Castro, le advertimos, fue bien específico y enfático en las libertades que la supuesta revolución prometía a los cubanos:

“Libertad de prensa hay ahora, porque sabe todo el mundo que mientras quede un revolucionario en pie habrá libertad de prensa en Cuba (APLAUSOS). Quien dice libertad de prensa, dice libertad de reunión; quien dice libertad de reunión, dice libertad de elegir sus propios gobernantes libremente (APLAUSOS).

Porque, como él mismo dijo:

“Cuando un gobernante actúa honradamente, cuando un gobernante está inspirado en buenas intenciones, no tiene por qué temer a ninguna libertad (APLAUSOS). Si un gobierno no roba, si un gobierno no asesina, si un gobierno no traiciona a su pueblo, no tiene por qué temer a la libertad de prensa, por ejemplo (APLAUSOS), porque nadie podrá llamarlo ladrón, porque nadie podrá llamarlo asesino, porque nadie podrá llamarlo traidor. […] Cuando un gobierno es bueno, no tiene por qué temer a la libertad de reunión, porque los pueblos no se reúnen para combatirlo, sino para apoyarlo.”

No sólo no hubo libertades. Tampoco el Estado cubano ha asegurado una vida digna a los cubanos. ¿Qué dignidad puede haber en Cuba cuando la vida de la mayoría de los cubanos transcurre entre interrupciones diarios del fluido eléctrico, del abastecimiento de agua; y en medio del cada vez mayor desabastecimiento de alimentos y medicinas? ¿Qué dignidad puede tener una vida cuya finalidad es sobrevivir un día más, y otro, y otro…? El embargo estadounidense, que ciertamente ha impactado la economía, no puede ser culpado por fracasos que son el resultado de la improvisación, y de haber colocado la lealtad al sistema y al líder por encima de la calificación en los nombramientos ministeriales.

NO QUEREMOS PATRIA O MUERTE. ¡QUEREMOS PATRIA Y VIDA!

Por la propia admisión de Fidel Castro, si un gobierno teme a la libertad de reunión, es porque no es bueno.

Cuba se ha convertido en un país despótico. Y vale recordar que, en su propia auto-defensa en 1953, en el juicio que se le siguió por el ataque al Cuartel Moncada – ataque que perseguía derrocar al régimen – Fidel Castro, apelando a la Constitución de 1940 afirmó que “la resistencia frente al despotismo es legítima.” Citó el 2do. párrafo del artículo 40: “Es legítima la resistencia adecuada para la protección de los derechos individuales garantizados anteriormente.” Castro fue incluso más lejos cuando afirmó que, aunque el derecho a la resistencia no hubiera estado en la Constitución, “es supuesto sin el cual no puede concebirse la existencia de una colectividad democrática.” Según Castro, “[e]l

“derecho de insurrección frente a la tiranía es uno de esos principios que, esté o no esté incluido dentro de la Constitución Jurídica, tiene siempre plena vigencia en una sociedad democrática.”

Un gobierno que se niega a considerar incluso cualquier transformación y cambio profundo, no puede ser considerado revolución. Donde no hay espacio, ni esperanza de cambio, no puede haber revolución.

Señor Presidente, nos sentimos orgullosos por el éxito que están teniendo las vacunas cubanas en salvar vidas. Igualmente condenamos la miseria y los abusos que sufren los cubanos. Usted ha utilizado como propaganda los efectos del bloqueo y los logros de la ciencia y de las brigadas médicas cubanas.

Señor Presidente, explíquenos cómo es el que el bloqueo es ABSOLUTAMENTE EFECTIVO en el estrangulamiento de la calidad de vida, y los derechos civiles y humanos de los cubanos, y ABSOLUTAMENTE INEFECTIVO en impedir, ni obstaculizar siquiera los planes que justamente sirven a la propaganda el Estado.

¡LOS DERECHOS Y LAS LIBERTADES NO SE NEGOCIAN, NI SE MENDIGAN!

NO QUEREMOS PATRIA O MUERTE. ¡QUEREMOS PATRIA Y VIDA!

Francisco Morán. Escritor. Editor de La Habana Elegante, www.habanaelegante.com Profesor emérito, Universidad Metodista del Sur, Dallas, Texas

Guillermina De Ferrari, Profesora titular, Universidad de Wisconsin-Madison

María Dolores González-Ripoll Navarro. Científica titular, CSIC (España)

Rita Martin. Ensayista, poeta, narradora. Profesora, Universidad de Radford, Virginia.

José F. Buscaglia. Profesor. Universidad de Northeastern.

Jorge Camacho. Catedrático. Universidad de Carolina del Sur, Columbia.

Tania Bruguera. Artista. Cuba

Néstor E. Rodríguez. Profesor titular, Estudios del Caribe. Universidad de Toronto, Canadá.

Carlos A. Aguilera. Escritor. Praga. República Checa. Patria de Hrabal y Forman.

Ladislao Aguado. Director Editorial Hypermedia, www.editorialhypermedia.com, www.hypermediamagazine.com

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