Cambiar la ley de vacunación de mascotas en Aragón
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Cambiar la ley de vacunación de mascotas en Aragón

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Los dueños de mascotas necesitan tomar decisiones de vacunación informadas. Sin embargo, la mayoría de ellos, pagan por refuerzos de vacunas anuales que no benefician a sus animales en ninguna manera, y que en realidad pueden causar efectos secundarios graves e incluso la muerte.

Está comprobado, que muchas de las vacunas “básicas” importantes brindan inmunidad prolongada, algunas incluso de por vida y no requieren refuerzos anuales que lo único que hacen es dañar el sistema inmunológico del animal.

Otras vacunas pueden no ser necesarias teniendo en cuenta la edad, la salud, o el bajo riesgo de exposición del animal. Y ciertas vacunas tienen más probabilidades de causar reacciones adversas graves que otras.

En estudios en perros se ha demostró que la revacunación anual no aporta protección adicional. Los anticuerpos aumentan muy poco cuando se revacuna –los anticuerpos existentes se lanzan sobre los antígenos de la vacuna y los hacen inocuos, y apenas se fabrican nuevos anticuerpos. Todo permanece prácticamente como antes.

Algunas vacunas, como la de leptospirosis canina o la triple felina requieren un previo examen clínico completo. Pero ¿Cuál es el estado de salud suficiente para recibir una vacuna? El animal podría parecer sano y no sentirse bien o tener un problema no revelado por el análisis clínico. Podría tener una enfermedad en período de incubación.

Incluso las reacciones moderadas pueden ser catastróficas para los animales y sus familias humanas. Aparte de las pérdidas físicas y emocionales, el tratamiento puede costar incluso miles de euros, y es posible que ni aun así el animal recupere su salud.

Vacunas como la del moquillo, rabia, parvovirus y coronavirus, pueden originar, según las advertencias, una reacción de hipersensibilidad que requiere administrar adrenalina o epinefrina. Esto es, hormonas utilizadas para casos de extrema urgencia.

En general, los propietarios de mascotas vacunan demasiado a la ligera a las mismas, sin asegurarse previamente por un análisis de sangre y otras pruebas médicas como está su estado de salud.

El modelo actual de vacunación no ha cambiado apenas en los últimos 50 años. Científicos investigadores y veterinarios preocupados han estado abogando por un cambio desde hace décadas.

Desafortunadamente en nuestro país, ya sea por desconocimiento, o por obtener más beneficios económicos, un gran porcentaje de las clínicas veterinarias , siguen vacunando anualmente de todas las vacunas, a animales que ya tienen inmunidad, (aunque el protocolo no dice eso), poniéndolos en riesgo de reacciones adversas que provienen de la vacunación repetida.

La WSAVA (Asociación Veterinaria Mundial de pequeños animales por sus siglas en inglés), recuerda que las vacunas no deben administrarse innecesariamente. “Las vacunas esenciales no deben administrarse con más frecuencia de la necesaria en animales adultos”, inciden. En este sentido, recuerdan que “existen numerosas pruebas publicadas y revisadas por expertos que demuestran que la duración de la inmunidad proporcionada por la mayoría de las vacunas esenciales modernas de virus vivos modificados es de muchos años”.

Fuente: Animals Health Magazine

Hay innumerables formas en que la vacunación antirrábica y otras vacunas pueden dañar a un perro o gato, a menudo de forma permanente. En la mayoría de las comunidades autónomas españolas, la ley exige que se vacune a los perros y gatos contra la rabia anualmente. Ninguna de estas leyes tiene en cuenta la duración real de la inmunidad de las vacunas contra la rabia.

En 2002, un informe histórico publicado por el Consejo de Agentes Biológicos y Terapéuticos (COBTA) de la Asociación Médica Veterinaria Estadounidense (AVMA) declaró: "... la práctica de revacunar a los animales anualmente se basa en gran medida en un precedente histórico respaldado por datos científicos mínimos; la estimulación innecesaria del sistema inmunitario no aumenta la resistencia a las enfermedades y puede exponer a los animales a riesgos innecesarios..."

Dos investigadores del campo de la inmunología canina, Ronald D. Schultz, y W. Jean Dodds, han trabajado juntos en un estudio sobre la rabia que se realizó en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Wisconsin.

El Dr. Schultz ha estado estudiando la eficacia de las vacunas y la inmunidad desde la década de 1970. Con respecto a la práctica de la vacunación anual, dice, "... hemos encontrado que la revacunación anual, no brinda ningún beneficio demostrable y puede aumentar el riesgo de reacciones adversas".

Los estudios realizados por Ronald Schultz muestran que las vacunas contra la rabia protegen durante un mínimo de 7 años - y probablemente durante toda la vida del animal.

Los propietarios de perros suelen aceptar la vacuna antirrábica cada año porque no saben dos cosas importantes:

1) La vacuna antirrábica anual es idéntica a la vacuna antirrábica tri anual, sólo que con una etiqueta diferente. Además, el marco de tiempo es completamente arbitrario y pretende engañar al consumidor de que la protección expira.

2) La vacuna antirrábica puede dañar a un perro o gato de muchas maneras diferentes. Cada vacunación aumenta el riesgo de que un perro gato sufra una reacción adversa a la vacuna.

En el “modo de empleo” de los prospectos de las vacunas aparece siempre: “se recomienda renovar anualmente las vacunas”. ¿Quién decide realmente lo que en el prospecto sobre el intervalo de vacunación? Respuesta: el propio fabricante de la vacuna. Y como sabemos, los laboratorios ponen por encima sus ganancias económicas al bienestar de los animales, por lo cual, en estas recomendaciones de vacunación anual, existe claramente un conflicto de intereses.

El organismo que autoriza las vacunas animales en Alemania, el Instituto Paul Ehrlich, no prescribe a los fabricantes nada en absoluto en relación a esto. Y los reglamentos de prueba y autorización de las distintas vacunas no dan la más mínima regla para controlar la duración de la inmunidad.

Solamente se exigieron análisis sobre la eficacia y contraindicaciones de las vacunas, no sobre la duración de la protección.

Este vacío fue utilizado con gusto y empeño por la industria farmacéutica y muchos veterinarios no ponen objeciones pues las vacunas les garantizan la afluencia de pacientes, ya que representan entre el 20 y el 40% de los ingresos de las clínicas veterinarias.

“La recomendación de vacunar a las mascotas anualmente, es cada vez menos aceptable en vista del creciente número de efectos secundarios, tales como la aparición de graves enfermedades o incluso la muerte, y en vista del creciente número de vacunas disponibles”. (Ronald Schultz, veterinario inmunólogo de la Universidad de Madison en Wisconsin)

La mayoría de los veterinarios convencionales no reconocen el daño de las vacunas a menos que el perro o gato tenga una reacción instantánea mientras está en la clínica. Y por lo tanto, a no ser que tu perro o gato haya tenido una reacción inmediata pocos minutos después de vacunarlo y antes de marcharte a casa, los veterinarios no lo notificarán al sistema de reacciones adversas.

Pero el hecho es que una vacuna puede causar no sólo una enfermedad inmediata, sino una enfermedad crónica, peligrosa y a largo plazo que puede cambiar la vida del perro o gato para siempre.

La verdad es que muchos animales tienen reacciones adversas días, semanas o incluso meses después, y al no ser notificados y relacionados estos efectos con la vacuna, luego los fabricantes se aprovechan para decir que las vacunas rara vez dan efectos adversos.

Las reacciones a las vacunas son más probables cuando el perro o gato recibe varias vacunas a la vez. La mayoría de los veterinarios convencionales te dirán que la vacunación contra la rabia es muy segura y que es poco probable que cause efectos secundarios. Los veterinarios holísticos, te contarán una historia muy diferente.

Los efectos adversos se relacionan no sólo con los virus que componen las vacunas sino también con las sustancias que integran la solución base: estabilizadores, conservantes, antibióticos, tóxicos y carcinógenos tales como aluminio, timerosal (mercurio) y formaldehído.

Las reacciones adversas agudas pueden producirse inmediatamente después de la vacuna antirrábica o a los pocos días, o incluso meses después. Estas reacciones agudas no se limitan necesariamente a la vacuna contra la rabia, sino que pueden ocurrir con cualquier vacuna y son:

  1. Hinchazón facial
  2. Hinchazón o bulto en el lugar de la inyección
  3. Shock circulatorio
  4. Alopecia en el punto de inyección (caída del pelo)
  5. Muerte
  6. Pérdida del conocimiento
  7. Hipersensibilidad
  8. Anafilaxia (que puede matar a tu perro en minutos)
  9. Ataxia (pérdida de equilibrio/coordinación)
  10. Cojera
  11. Convulsiones (pueden ser inmediatas a la vacunación, pero también pueden producirse en un plazo de 7 a 9 días, que es cuando se desarrollan los anticuerpos de la rabia)
  12. Cáncer en el lugar de la inyección (puede aparecer en 72 horas) y cáncer en otros órganos.
  13. Anemia hemolítica inmunomediada (AHIM). Esta enfermedad también puede volverse crónica. En perros está comprobado que al menos el 50% de los casos mortales de anemia hemolítica autoinmune son causados por vacunas.
  14. Falta de coordinación
  15. Enfermedades autoinmunes
  16. Artritis
  17. Trombocitopenia
  18. Tiroiditis
  19. Miocarditis
  20. Encefalitis o polineuritis post vacunal

Además de la sobre vacunación anual, también hay sobre dosificación que causa enfermedades innecesarias y muertes prematuras en las mascotas.

¿Sabías que un perro de 2,5 kg recibe la misma dosis de vacuna que un perro que pesa 40 kg?

Se mire por donde se mire no tiene sentido, ya que, por ejemplo, cuando a los humanos nos operan, recibimos una dosis de anestesia acorde con nuestro peso. Si recibiéramos más de la necesaria, sufriríamos efectos adversos graves como falta de oxígeno en el cerebro e incluso la muerte.

Lo mismo sucede con las mascotas. Generalmente los cachorros y los perros de razas pequeñas sufren más efectos adversos y muertes post vacuna que los perros de razas grandes, puesto que debido a su bajo peso están recibiendo demasiada dosis, y lamentablemente a veces su pequeño cuerpecito no lo puede soportar.

Además, los perros pequeños de razas como: Chihuahua, Pomerania, Yorkshire Terrier, Bichón Maltés, etc tienen una dentadura que en caso de morder ni siquiera tienen fuerza para hacer sangre y poder transmitir la rabia, con lo cual no tiene ningún sentido que sean vacunados y mucho menos con la misma dosis que recibe un perro de raza grande y mayor peso.

Ronald D. Schultz, quien ha estudiado las vacunas por más de 30 años, dice que los perros de raza tienen mayor riesgo de una reacción aguda, que los mestizos.

En un artículo publicado en el Suplemento Técnico nº 14 del Boletín del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires (Año 4- Noviembre,1999) veterinarios del Hospital Centro Policlínico Veterinario, afirmaron que:

«Supone una gran dificultad para nosotros como veterinarios hacer entender al cliente que su perro o gato, cuyo estado era bueno al entrar en la clínica puede fallecer tras la aplicación de una vacuna que lo que pretende es protegerlo de una serie de enfermedades y que, por el contrario, le ha provocado un susto de muerte o incluso la muerte misma de su querida mascota»

A partir de una carta enviada por la dra. M. J. Hendrick al editor de JAVMA, comenzaron a realizarse investigaciones sobre la relación entre ciertas vacunas y una especial forma de cáncer, el sarcoma felino.

En las biopsias realizadas entre 1987 y 1991 -lapso con significativos cambios en las políticas de vacunación-, esta patóloga observó un aumento en la reacción inflamatoria y fibrosarcomas en el sitio donde se hacían las inoculaciones.

El sarcoma felino es un tumor maligno que aparece unas semanas o meses después de una vacuna en el lugar de la inyección –normalmente entre los omoplatos o en la pared pectoral- como un bulto (granuloma) bajo la piel y puede proliferar rápidamente. En la medicina veterinaria de EEUU ya no se duda de la grave relación entre la vacuna y el origen del sarcoma.

Sin embargo en Europa, (concretamente en Alemania) se inclinan por continuar con el tema. El oncólogo de pequeños animales el Dr. Martin Kessler calculó en un congreso de mascotas en Berlín la frecuencia de 1 a 1.000.

La mayoría de los gatos con sarcomas tienen en el momento de la aparición de la enfermedad entre 6 y 11 años, y han recibido por lo tanto muchos pinchazos.

No obstante, también se encuentra en gatos más jóvenes. El tumor conduce en la mayoría de los casos a la muerte.

En la Conferencia Veterinaria de los Estados occidentales de Norteamérica,1996, el Dr.Greg Ogilvie (Universidad de Colorado) estableció que la vacuna para la leucemia felina y la antirrábica subcutánea -mucho más fuerte que la intramuscular-, ambas disponibles desde 1984, eran las 2 vacunas con más frecuencia relacionadas con estos tumores.

Otros veterinarios, especialistas en comportamiento animal, relacionan la vacuna antirrábica con el inquietante aumento de animales agresivos, temerosos y aprensivos producido en las últimas tres décadas concomitantemente con la práctica de la revacunación en perros y gatos adultos.

Ataques epilépticos son frecuentes después de esta vacuna, según Dee Blanco, veterinario de Nuevo México. Blanco remarca cómo después de vacunar animales sanos, aparecen con gran frecuencia problemas en la piel como: irritación, caída del pelo, erupciones, etc. Enfatiza también que las vacunas exacerban las tendencias mórbidas, haciendo que se desarrollen las enfermedades a las que tiene tendencia un animal determinado, las que podrían de otro modo permanecer en latencia.

Jean W. Dodds, veterinaria de referencia práctica en hematología e inmunología de Santa Mónica, dice que cada vez hay más problemas inmunológicos en general.

En “More Bumps on the Vaccine Road”, Dodds establece vínculos entre las vacunas y la hepatitis crónica, asma, epilepsia, desórdenes tiroideos, falla renal, cistitis, anemia hemolítica autoimune, transtornos neurológicos varios, y encefalitis. Catherine O’Driscoll agrega diabetes, leucemia, y cáncer.

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC71493...

El ex director de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria Holística de Maryland, Carvel Tiekert, considera que la vacunación puede incluso contribuir a la muerte prematura de animales cuyo sistema inmunitario estuviera ya comprometido.

“El hecho de que el uso de estas vacunas sea tan homogéneo entre distintas clínicas y que las definan como parte de su protocolo habitual de vacunación, hace sospechar que no se están valorando las circunstancias individuales de cada animal antes de aplicarlas, con lo que se utilizan con mayor frecuencia de la recomendada y en perros que no requieran esa protección” (Horzinek, M. C. (2010). Vaccination protocols for companion animals: The vererinarian’s perspective. Journal of Comparative Pathology, 142, S129-S132)

“Con un exceso de vacunación los animales se sobreexponen a efectos secundarios como toxicidad, hipersensibilidad, incluso, al desarrollo de la enfermedad” (Pérez Rivero, A. (2009). Reacciones adversas a la vacunación. Argos Portal Veterinaria)

En el Canine Health Newsletter de septiembre de 1996, Sandra Hickman cita un interesante estudio sueco. Según éste, los niveles de anticuerpos protectores en perros vacunados contra moquillo, parvo y adenovirus, no descendían aún después del tercer año. Algo más notable aún: Los niveles en los cachorros no aumentaban con la repetición de la vacuna hasta no agotarse los anticuerpos provenientes de la madre, alrededor del 5º mes.

Tom R. Phillips y Ronald D. Schultz, concluyen en Canine and Feline Vaccines, 1992 (Current Veterinary Therapy XI, W.B.Saunders, Philadelphia,P.A.) que la extendida costumbre de la revacunación anual no tiene bases científicas dado que la duración de la respuesta inmunitaria dura años, o toda la vida, especialmente con las vacunas de virus vivos.

En el libro de investigación «Lo que los veterinarios no le cuentan sobre las vacunas» se cita un estudio de la Escuela Veterinaria de la Universidad de Wisconsin-Madison, que evaluó 6 marcas diferentes de vacunas contra el parvovirus, encontró que 3 fallaban totalmente en aumentar la tasa de anticuerpos, 2 producían un aumento parcial y sólo una generaba una tasa elevada.

En el libro titulado “A New Look at the Vaccine Questions” el conocido veterinario homeópata Richard Pitcairn sugiere que las vacunas no protegen de la enfermedad aguda, sino que la transforman en una enfermedad crónica. En el mismo sentido, Don Hamilton, veterinario holístico de Oncate, Nuevo México, considera que el parvovirus resultó de una transformación del virus introducido por la vacuna contra el moquillo.

¿Por qué el examen de serología de anticuerpos es mejor que la sobre vacunación?

El examen de serología consiste en un análisis de sangre. Se trata de una prueba que evalúa la cantidad de anticuerpos presentes en el organismo de perros y gatos, y es la única forma de asegurar que el sistema inmunitario ha reconocido un antígeno vacunal. Este examen, también conocido como prueba de anticuerpos, es crucial para determinar la efectividad de la vacuna y garantizar la protección de nuestras mascotas contra patógenos peligrosos. Con él, podemos determinar, si después de años nuestra mascota sigue teniendo protección contra las enfermedades para las que fue vacunada y evitar así la innecesaria y perjudicial sobre vacunación. En vez de sobre vacunar a las mascotas los veterinarios deberían ofrecer la opción de realizar pruebas serológicas de anticuerpos.

Es una negligencia médica administrar un refuerzo de la vacuna antirrábica o de cualquier otra vacuna sin comprobar antes los anticuerpos presentes en el organismo del animal, mediante una prueba serológica.

El veterinario/a debe adherirse primero a su juramento hipocrático “de no causar daño” antes que a una ley obsoleta que le obligaría a lesionar o matar a su paciente.

JAVMA publicó en 1995 en «Current Concepts«, un artículo titulado : «¿Estamos vacunando demasiado?». Allí, el presidente del Cornell Feline Health Center y profesor de virología Fred W. Scott, estableció que 3 a 4 años después de la vacunación se encontraron buenos niveles de anticuerpos contra 2 de los 3 virus más comunes de las vías respiratorias superiores.

El Dr. Ronald Schultz, profesor y presidente del departamento de Ciencia Patobiológica de la Universidad de Wisconsin, dijo que no era en absoluto necesario revacunar a los perros adultos contra el parvovirus. Las vacunas podrían fallar, advierte también el artículo, por el uso de componentes múltiples en una sola dosis.

Haciendo un análisis de sangre que mida los anticuerpos se puede saber si el perro tiene inmunidad todavía y así evitar revacunar anualmente de forma innecesaria e indiscriminada.

Hay vacunas opcionales con baja efectividad y altas tasas de reacciones adversas que continúan administrándose de forma rutinaria.

La vacunación innecesaria aumenta el riesgo de reacciones adversas a la vacuna, pero no aumenta la inmunidad a la enfermedad.

Un simple análisis de sangre para medir los anticuerpos es lo que Bella, una perrita de tres años del matrimonio Lori y Joseph Turner, hubiera necesitado. Pero Bella murió 12 días después de que recibiera seis vacunas anuales innecesarias. Cinco transfusiones de sangre, tres transfusiones de inmunoglobulina y los cuidados de los mejores veterinarios de su país no pudieron salvarla. Murió de anemia hemolítica inmunomediada (AIHA) atribuida a la vacunación. Sus dueños gastaron 12.000 dólares intentando salvarla, Pero si en vez de eso hubieran gastado 70 dólares en una prueba de anticuerpos, tendrían a Bella todavía en su regazo.

Jiggy, la preciosa perrita de la autora Jan Rasmusen, desarrolló una enfermedad hepática autoinmune con un año poco después de la vacunación antirrábica y las "vacunas de cachorro". Ahora, con 12 años, Jiggy lucha contra un cáncer de hígado y otro de vejiga. Los veterinarios relacionan su enfermedad autoinmune con la vacunación, una reacción conocida según las directrices de la AAHA. Durante 11 años, Jiggy ha recibido extracciones de sangre trimestrales y controles veterinarios, además de seis ecografías, innumerables consultas, un TAC, 2 biopsias, una operación de cáncer de 7.000 dólares y todos los tratamientos imaginables.

Muchas de las vacunas administradas a estas queridas mascotas podrían haberse evitado con un simple análisis de sangre o una mayor información antes de la vacunación. Sus historias son sólo la punta del iceberg, de los miles de casos de reacciones adversas graves y muertes de mascotas que ocurren alrededor del mundo.

Creo que es hora de que los veterinarios dejen de vacunar a las mascotas sin antes revelar todos los riesgos que ello conlleva, y obteniendo un consentimiento informado por parte de los dueños.

Los dueños de mascotas deberían tener conocimiento de la existencia de la base de reacciones adversas de medicamentos veterinarios que se encuentra en:

https://www.aemps.gob.es/farmacovigilancia-de-medi...

Los dueños de perros y gatos deben estar informados de los beneficios y riesgos para poder tomar las decisiones adecuadas para sus mascotas.

Tanto los veterinarios como los fabricantes de vacunas deberían ofrecer esta información, pero existe un conflicto de intereses entre ellos y la educación del público. Después de todo ¿qué fabricante de vacunas quiere financiar un estudio que podría encontrar que su producto es innecesario y/o dañino?

Algunos veterinarios se muestran reacios a desaconsejar las vacunas anuales, ya que esas vacunas representan una parte sustancial de sus ingresos anuales.

Probablemente, si los dueños supieran que las vacunas inactivas contienen conservantes como el timerosal (que contiene un 49% de mercurio), se lo pensarían dos veces antes de vacunar a sus mascotas, ya que son precisamente estos adyuvantes o conservantes los que provocan la mayoría de las reacciones adversas que experimentan los animales.

Por otro lado, las vacunas MLV a veces sobre estimulan el sistema inmunitario, lo que provoca su mal funcionamiento. Están contraindicadas para perros con sistemas inmunológicos ya suprimidos y tienen el potencial de volver a la forma virulenta de la enfermedad.

Las perras embarazadas vacunadas con MLV tienen un mayor riesgo de aborto. Por otro lado, carece totalmente de lógica, administrar la misma dosis a los perros de raza pequeña que a los perros de raza grande.

Esto debería de cambiar urgentemente. Algunos investigadores sostienen que, dado que a nivel celular hay la misma cantidad de sitios receptores en cada perro, no hay razón para ajustar las dosis según el tamaño del cuerpo.

Sin embargo, varios estudios han demostrado que cuanto más pequeño es un perro, mayor es su potencial de reacción adversa a la vacuna.

En un estudio realizado durante los 3 días posteriores a la vacunación en 1.226.159 perros vacunados en 360 hospitales para determinar la incidencia de efectos adversos asociados a la vacunación (VAAEs) en los años 2002 y 2003, se comprobó que el porcentaje de efectos adversos disminuyó significativamente en los animales con un mayor peso corporal.

El riesgo fue un 27-38% mayor para animales castrados vs. intactos, y un 35-64% mayor para perros de 1 a 3 años, vs. 2-9 meses de edad. El riesgo incrementó con el número de dosis de vacunas administradas por visita y cada vacuna adicional aumentó el riesgo de efectos adversos en un 27% en perros <10 kg y un 12% en los de >10 kg.

El mayor riesgo de VAAEs dentro de los 3 días posteriores de la vacunación lo tuvieron los adultos jóvenes, de razas pequeñas, castrados, que recibieron múltiples vacunas por visita. Estos factores deberían ser considerados de riesgo y, por tanto, se debería comunicar a los dueños de mascotas. (Adverse events diagnosed within three days of vaccine administration in dogs.George E.Moore, Lynn F.Guptill et al.JAVMA, Vol 227, Nº.7, October 1, 2005)

En un estudio en el que 8 perros desarrollaron reacciones alérgicas de tipo inmunomediado y tenían alta concentración de suero específico IgE contra las vacunas, 7 tenían IgE específico contra el suero de ternero fetal. (Ohmori K,MasudaK, Maeda S, et al.IgE reactivity to vaccine components in dogs that developed immediate-type allergic reactions after vaccination. Vet Immunol Immunopathol 2005; 104: 249-256.)

En un estudio posterior se demostró que había una variedad de componentes, incluyendo la albumina, que pueden funcionar como alérgenos en perros y que podían desarrollar reacciones después de la vacunación. Immunoblot analysis for IgE-reactive components of fetal calf serum in dogs that develop allergic reactions after non-rabies vaccination. Keitaro Ohmori, Kenichi Masuda et al.Vet Immunol Immunopathol. January 2007; 115(1-2):166-71.

En un estudio en el que se administraron 1.258.712 vacunas a 496.189 gatos, se vieron un total de 2560 reacciones adversas en un periodo de 30 días después de la vacunación.

El riesgo era significativamente mayor en relación con el número de vacunas administradas por visita, gatos mayores de un año de edad, y gatos castrados.

La letargia con o sin fiebre, fue el efecto adverso más común (54,2%) seguido de reacciones en el sitio de la vacuna (25,2%) vómitos (10,3%) edema peri orbitario o facial (5,7%) o prurito generalizado (1,9%).

Cuatro gatos murieron antes de cumplirse 48 horas de la vacunación y los signos clínicos manifestados fueron anafilaxis inmediata después de la vacunación en dos de ellos, shock en otro y al gato restante su veterinario diagnosticó reacción vacunal.

La mayoría de las reacciones se vieron entre los días 0-3 después de la vacunación (92% de los casos), comparadas con 4 a 15 días (4,6%) o 16-30 días (3,4%) después de la vacunación.

El porcentaje más alto de efectos adversos lo tuvo la vacuna de enfermedades respiratorias y FeLv. El riesgo fue mayor en gatos castrados comparando con intactos y fue mayor para hembras intactas que para machos intactos.

El riesgo fue del 50% más en gatos mayores de un año comparado con los menores de 9 meses. Y el riesgo asociado a vacunas adicionales (27,5%) en gatos fue equivalente al de los perros con un peso inferior a 10 kilos, lo cual indica una relación dosis-respuesta antigénica. (Adverse events after vaccine administration in cats: 2.560 cases (2002-2005). George E. Moore, Andrea C. DeSantis-Kerr et al. JAVMA, Vol 231, Nº 1, July 1, 2007)

En otro estudio realizado en Estados Unidos, el Centro de Productos Biológicos (CVB) recibió 246 reacciones adversas en perros en los que se identificó la vacuna de la rabia como uno de los productos administrados, durante un periodo de 3 años.

Otras enfermedades han sido asociadas a la vacunación como meningitis inducida por la vacuna de rabia, sarcoma post vacunal en gatos, anemia hemolítica inmunomediada, trombocitopenia inmunomediada, poliartritis inmunomediada tipo I y vasculitis cutánea. (Special Report. Postmarketing surveillance of rabies vaccines for dogs to evaluate safety and efficacy. Timothy S. Frana, Nancy E. Clough et al. JAVMA, Vol 232, Nº 7, April 1, 2008)

Ya en 1978, Pedersen NC, Emmons RW, Selder R, et al. publicaron infección de virus de la vacuna de rabia en tres perros, con aparición de síntomas entre los 4-21 días posteriores a la vacunación (Pedersen NC, Emmons RW, Selcer R, et al: Rabies vaccine virus infection in three dogs. JAVMA 1978 Vol.172(9) pp. 1092-1096)

En 1982 se publicaron también 4 casos de rabia inducida por la vacuna en cuatro gatos. En este caso los signos neurológicos se desarrollaron entre 13-17 días después de la vacunación IM con virus vivo modificado. (Esh JB, Cunningam Jg, Wiktor TJ: Vaccine-induced rabies in four cats. JAVMA 1982 Vol. 180(11) pp. 1336-1339)

En 1984 se publicó el uso de anticuerpos monoclonales para confirmar rabia inducida por vacuna en 10 perros, 2 gatos y un zorro (Whetstone CA, Bunn TO, Emmons RW, Wiktor TJ: Use of monoclonal antibodies to confirm vaccine-induced rabies in ten dogs, two cats, and one fox. JAVMA 1984 Vol. 185(3) pp. 285-288.)

Es como poco anecdótico que una vacuna cause la misma enfermedad que se intenta prevenir, y no es la primera ni la última vez que sucede, pues ocurre igual con las vacunas humanas.

Por lo tanto, con la firma de este documento solicito al Gobierno de Aragón:

- Que teniendo en cuenta este documento, y los artículos científicos disponibles, se informe adecuadamente a los dueños de mascotas para que tomen una decisión consciente e informada de los riesgos que están afrontando al vacunar a sus mascotas de cualquier virus.

- Que dado que no hay casos de rabia en España desde 1978, la vacuna de la rabia deje de ser obligatoria en nuestra Comunidad Autónoma para los perros y sea opcional para los dueños de perros que así lo decidan, aceptando y firmando un consentimiento informado sobre los riesgos asociados a la misma. En Galicia, (y hasta hace poco lo era en Cataluña y País Vasco) la vacuna de la rabia no es obligatoria y no se han detectado casos en los últimos años.

- Que dado que los gatos y hurones son animales que mayoritariamente viven dentro de casa y no salen al exterior, y por lo tanto no tienen riesgo alguno de contraer el virus de la rabia, se permita que la vacuna de la rabia sea opcional para los dueños de gatos y hurones que así lo decidan y no obligatoria como lo es ahora. En viajes al extranjero con el gato se exige un certificado de vacunación antirrábica, siendo que la mayoría de ellos viven en pisos y no salen de casa y por lo tanto su riesgo de contacto con animales portadores de la rabia es inexistente.

- Estudiar el tema de los peligros de la vacunación antirrábica por parte de las autoridades sanitarias, quienes deberían asesorarse no solo con representantes de los círculos oficiales sino también con los de las asociaciones animalistas que acrediten una comprobada actuación a favor de los intereses de los animales. Para las demás vacunas, en caso de que se decida la vacunación, habrá que extremar las precauciones utilizando preferiblemente viales que no contengan timerosal (mercurio) como Imrab Rabies TF (Timerosal free) de laboratorios Boehringer Ingelheim.

- Que se ajusten las dosis de vacunas administradas a los animales según su tamaño y peso, si sus dueños han decidido vacunarlos. Esto garantizaría una mayor seguridad y eficacia en los tratamientos, evitando posibles efectos adversos y mejorando el bienestar de los animales.

- Que se permita que en vez de revacunar a las mascotas que ya han sido vacunadas con anterioridad contra la rabia, tener como documento válido un test de anticuerpos vacunales que garantice que el animal todavía cuenta con anticuerpos de la vacuna administrada hace años, en vez de realizar revacunaciones anuales que dañan su salud.

Con mi firma * les ruego que por el bienestar de los animales de compañía se planteen seriamente lo que les he expuesto.

* Por favor, firmad con nombre y apellidos para que la firma sea válida

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