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To: The proposals approved February 2011 by Governor Cuomo’s Medicaid Redesign Team now require Medicaid recipients and physicians to enroll in a Managed Care plan for benefits to continue. These changes affect countless doctors throughout the state that care for patients who in their majority are low-income. They depend and rely on Medicaid benefits for their health. The changes that must be made to meet the enrollment requirements of any managed care plan take a direct blow at the integrity of the doctor-patient relationship. For instance, patients will no longer have the freedom to choose a doctor of their choice. But rather they would be forced to choose from a list based on the plan they have enrolled in. As a result many will lose the opportunity to see someone whose competence they know, trust, and have been working with for decades. This, for instance, undermines a process essential for a successful psychiatric environment. Furthermore, since these plans are driven by cost-cutting measures, patients’ access to health care is restricted and doctors are limited as to additional treatments they can prescribe and specialist referrals they can make. Doctors are not allowed to give patient information that would lead them to seek treatment outside the managed care plan. The treatment authorization procedures compromise patient’s personal records—information that is highly privileged, particularly in the field of psychiatry, and which only those who truly require it should have access to. On the other hand, physicians who guide their practice by cost-cutting measures are in turn offered monetary incentives. The ethical conflict here is self-evident; it is morally unconscionable, and it all comes at the cost of the patient’s wellbeing. Dr. Silvia Furstenberg is a psychiatrist in the community of Washington Heights. She has worked with the residents of this community and others throughout the city for 30 years. Her psychiatric care practice has been guided by the welfare of her patients and the protection of their rights. She has made it her responsibility to put her patients’ wellbeing ahead of financial compensation. The very location of her practice in and of itself ratifies her long-standing commitment to the community and its people. The services Dr. Furstenberg provides in this important medical area are especial and unique, but sadly they are now under threat. Dr. Furstenberg is not a part of any managed care plan. This means the very viability of her medical practice is now on the line: this in a community where access to psychiatric care is already dangerously limited. It is with the right to treat her patients without conflict of interest that Dr. Furstenberg, her patients, and supporters demand our right to continue to have direct access to Dr. Furstenberg’s services as needed, without being coerced into joining any managed care plan, and with the right of her patients to rely on Medicaid when necessary. The undersigned are former and current patients as well as supporters of Dr. Silvia Furstenberg. Para: Las propuestas aprobadas en febrero de 2011 por el Equipo para Rediseñar el Medicaid (Medicaid Redesign Team) del gobernador Cuomo requieren ahora que los beneficiarios y médicos adscritos al Medicaid se inscriban en un plan de Atención Médica Gestionada (Managed Care) para que esas prestaciones continúen. Estos cambios afectan por todo el estado a un sinnúmero de médicos que atienden pacientes que en su mayoría son de bajos ingresos, personas que dependen de prestaciones de Medicaid para su salud. Los cambios requeridos para cumplir los requisitos de inscripción de cualquier plan de atención médica gestionada asestan un golpe directo a la integridad de la relación medico-paciente. Por ejemplo, los pacientes dejarán de tener la libertad de seleccionar el médico de su elección. En cambio, se verán obligados a escoger de entre una lista basada en el plan en el que estén inscritos. Por consiguiente, muchos ya no podrán ser atendidos por alguien cuya competencia conocen y en la cual confían y con quien han venido trabajando por décadas. Esto mina, por ejemplo, un proceso esencial para un entorno de terapia psiquiátrica exitosa. Además, ya que estos planes los impulsan las medidas para recortar costos, el acceso de los pacientes a la atención médica se verá restringido y los médicos se verán limitados en cuanto a terapias adicionales que puedan prescribir o recomendaciones de especialistas que puedan hacer. A los médicos no se les permite dar información a los pacientes para que busquen terapia fuera del plan de atención médica gestionada. Los procedimientos para autorizar tratamientos comprometen el historial médico del paciente: información que es sumamente privilegiada, en particular en el terreno de la psiquiatría, y a la que únicamente deben tener acceso quienes realmente la requieren. Por otra parte, a los médicos que guían su práctica con medidas para recortar costos se les ofrecen estímulos monetarios. El conflicto ético queda aquí patente; es algo moralmente injusto, y todo se da a costa del bienestar del paciente. La doctora Silvia Furstenberg es psiquiatra en la comunidad de Washington Heights. Ha trabajado con los residentes de ésta y demás comunidades por toda la ciudad por 30 años. Ha ejercido su consulta psiquiátrica guiándose por el bienestar de sus pacientes y la protección de sus derechos. Ella ha sabido poner dicho bienestar por encima de cualquier compensación económica. La ubicación de su consultorio en sí da cuenta de su compromiso duradero con la comunidad y su gente. Los servicios que la doctora Furstenberg ofrece en este importante campo médico son especiales y muy particulares, pero tristemente ahora se ven amenazados. La doctora Furstenberg no integra ningún plan de atención médica gestionada. Eso significa que ahora está en juego la propia viabilidad de su práctica médica: y esto en una comunidad donde el acceso a la atención psiquiátrica es ya peligrosamente limitado. Es en base al derecho a tratar a sus pacientes sin conflicto de intereses que la doctora Furstenberg, sus pacientes y quienes la apoyan exigimos nuestro derecho a seguir teniendo acceso directo a los servicios de la doctora Furstenberg según se necesiten, sin tener que afiliarse a ningún plan de atención médica gestionada, y reivindicando el derecho de sus pacientes a valerse del Medicaid cuando les resulte necesario. Los suscritos somos pacientes antiguos y actuales así como personas que respaldamos a la doctora Silvia Furstenberg.

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